Vuelta al cole, vuelta a las audiencias

Vuelta al cole, vuelta a la rutina y vuelta a las audiencias. El año pasado, la gran novedad fue la llegada de La Revuelta al panorama televisivo, un programa que rápidamente se convirtió en tema de conversación y que supuso un soplo de aire fresco en el access prime time. Ahora, en este 2025, la incógnita está servida: ¿cómo se moverán las fichas esta temporada y qué programas se convertirán en los más codiciados por los anunciantes?

Lo que parece claro es que la pugna no está cerrada. Si bien en primavera El Hormiguero parecía reafirmarse como el claro líder del prime time, con Broncano pisándole los talones, este inicio de curso pinta un escenario mucho más reñido, con sorpresas que podrían dar un vuelco al mapa televisivo.

Las marcas, al acecho de los datos

El interés por las audiencias siempre ha existido, pero hoy adquiere una nueva dimensión. Ya no se trata solo de saber quién se lleva el título de “programa más visto” de la noche, sino de cómo esos datos influyen directamente en las decisiones de inversión de las marcas. En un entorno mediático cada vez más fragmentado, cada punto de cuota de pantalla puede inclinar la balanza a la hora de elegir en qué cadena invertir los presupuestos publicitarios.

Además, hay que tener en cuenta un factor clave: TVE no permite cortes publicitarios en su programación. Esto significa que marcas interesadas en vincularse a La Revuelta (uno de los formatos de mayor éxito de la cadena pública) no pueden acceder a la vía clásica del spot en bloques de anuncios. Esto obliga a pensar en alternativas, como acuerdos especiales que permitan estar presentes sin necesidad de interrupciones publicitarias.

En definitiva, lo que está en juego no es solo dónde estar, sino cómo hacerlo para lograr visibilidad sin perder afinidad con la audiencia.

¿Qué audiencia es mayoritaria en cada programa?

Saber cuántos espectadores tiene un programa es importante, pero no suficiente. El verdadero valor está en conocer el perfil del espectador: edad, género, nivel socioeconómico e incluso hábitos de consumo. Con estos datos en la mano, una marca puede afinar mucho mejor su inversión y asegurarse de impactar en su target con mayor precisión.

Los primeros datos de esta temporada muestran diferencias interesantes:

  • En el público de 16 a 44 años, La Revuelta es el formato con mayor tirón, consolidándose como opción preferida del segmento joven-adulto.
  • Entre los 45 y 55 años, la balanza se equilibra: tanto El Hormiguero como La Revuelta logran cifras similares, demostrando que ambos programas compiten por un espectador en plena madurez profesional y con poder adquisitivo.
  • En el grupo de 55 a 65 años, la dispersión entre cadenas es mayor, con opciones repartidas entre Antena 3, RTVE, Cuatro y La Sexta.
  • En los mayores de 65 años, destaca un claro ganador: El Intermedio de La Sexta, que consigue fidelizar a este público gracias a su tono de actualidad y humor político.

Si a estos datos le añadimos la variable socioeconómica, el mapa se complica aún más: no es lo mismo atraer a un espectador joven universitario que a un joven profesional de clase media-alta. Por eso, los anunciantes deben mirar más allá de la cifra global y centrarse en la calidad de la audiencia.

Mucho más que spots: la importancia del “cómo”

Elegir en qué programa anunciarse es solo la primera parte de la ecuación. La otra, igual de importante, es decidir cómo estar presentes. En un escenario en el que los espectadores cada vez prestan menos atención a la publicidad tradicional, la creatividad y la integración se convierten en aliados estratégicos.

Algunas de las opciones más efectivas incluyen:

  • Spots tradicionales: siguen siendo eficaces cuando se busca notoriedad rápida y alcance masivo, especialmente en lanzamientos o promociones de corta duración.
  • Integraciones de producto o secciones patrocinadas: permiten que la marca forme parte natural del contenido, aportando visibilidad sin resultar invasiva.
  • Acciones especiales con los presentadores o el propio formato: colaboraciones puntuales, menciones o dinámicas dentro del programa que asocien directamente la marca con la experiencia del espectador.
  • Estrategias de segunda pantalla: combinar la emisión televisiva con una campaña paralela en redes sociales, generando conversación y extendiendo el impacto más allá de la emisión en directo.

En otras palabras: la clave ya no está solo en “estar en TV”, sino en cómo estar presentes de una forma que conecte con la audiencia y refuerce la percepción de marca.

La clave: equilibrio y estrategia

En definitiva, un buen plan de medios televisivo no se limita a buscar la mayor audiencia posible, sino a identificar las oportunidades que maximicen la rentabilidad. Esto significa encontrar ese equilibrio entre alcance y afinidad, entre el coste de estar en un programa líder y la rentabilidad de impactar en el público adecuado.

Las marcas que apuesten por leer con precisión los datos de audiencia, interpretar las tendencias de consumo y experimentar con formatos innovadores serán las que marquen la diferencia en esta nueva temporada. Porque, al final, la televisión sigue siendo un escaparate de gran alcance, pero la forma de estar en ella ha cambiado: hoy gana quien logra conectar de manera auténtica con su público.

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